Hablamos de dormir en exceso cuando surge la necesidad de dormir fuera del horario previsto y el tiempo en sí supera las ocho horas. No debe confundirse con el cansancio o letargo que suele ser causado por la falta de actividad física y mental. Por otro lado, la necesidad de dormir varias horas puede ser alimentada por una depresión o un episodio estresante importante.
Estas son las razones por las que no duermes bien
Trastornos del sueño
La somnolencia puede ser causada por muchas enfermedades relacionadas con el sueño, también llamadas trastornos del sueño. Estos incluyen hipersomnia, narcolepsia, apnea del sueño, insomnio o síndrome de Kleine-Levin. De estos ejemplos, los relacionados con la somnolencia extrema son la hipersomnia, la narcolepsia y el síndrome de Kleine-Levin, también llamado síndrome de la bella durmiente.
Hipersomnia
La hipersomnia se subdivide en diferentes clases, pero todas se refieren a la abundancia de sueño durante el día. Las hipersomnias no impiden dormir toda la noche, así que las personas que duermen sin problemas mayores por la noche.
El sueño que experimentan tiende a aparecer en situaciones monótonas en la estimulación de la construcción por debajo de un cierto umbral. Ejemplos de este tipo de situaciones pueden ser conferencias, reuniones en el trabajo o cine. En ningún momento este sueño diurno es reparador, por lo que los pacientes se sienten frustrados por esta sensación, disfrutando en unos momentos de la sensación de estar descansados.
Síndrome de Kleine-Levin
Una clase de hipersomnia, hipersomnia recurrente, está relacionada con el síndrome de Kleine-Levin, que no es muy común y afecta fundamentalmente a los hombres. Los episodios de sueño extremo en esta enfermedad ocurren de 1 a 10 veces al año y su oscilación entre días y semanas. Estas personas pueden dormir de 16 a 18 horas.
Narcolepsia
Los pacientes con narcolepsia se mueven inusualmente rápidamente desde la fase de alerta hasta la fase REM, por lo que sufren «ataques de sueño» en situaciones inesperadas. Estas «siestas» duran unas horas y, aunque el efecto es restaurador, la necesidad de dormir se produce de nuevo a las 2-3 horas. Esta necesidad es muy peligrosa, ya que pueden dormirse caminando o conduciendo.
Estrategias para prevenir o aliviar los síntomas
Si se detecta la necesidad anormal de sueño, lo primero que se consulta será un especialista. Por otro lado, adquirir buenos hábitos relacionados con el descanso siempre nos contribuye, independientemente de una patología o no. Estas son algunas pautas que podemos seguir:
1. Bebe suficiente agua. Una mala hidratación nos hará sentir más cansados. Si este es realmente un estado de sueño, no debería empeorar por el mal hábito de no beber agua. Además, con este hábito ayudaremos a que todo el cuerpo funcione correctamente.
2. Evitar el estrés. Las situaciones que nos provocan estrés afectan la calidad de nuestro sueño y la modifican. Podemos sentir que estamos durmiendo plácidamente durante muchas horas, pero después de dormirnos tenemos un sueño muy ligero.
3. Rodéate de sentimientos positivos. Las emociones negativas afectan la fatiga y afectan nuestro cuerpo de muchas otras maneras.
4. Cuando estamos enojados o somos ignorantes, solo queremos dormir. Crea patrones sensatos. Una buena manera de controlar nuestro sueño es mantener una rutina clara: acostarnos siempre a la misma hora, evitar siestas largas y en horarios diferentes, y dormir siempre una cantidad razonable de horas. De esta forma, nuestro ritmo circadiano será completamente saludable.
Imagine que nuestros ritmos de sueño pueden cambiar debido a diferentes condiciones ambientales: esto no es necesariamente un signo de enfermedad. Nuestros patrones de sueño cambian constantemente, dependiendo de nuestra edad, nuestros hábitos o nuestra relación con el medio ambiente. Por eso, ante cualquier duda y paso preocupante, es necesario consultar a un especialista y aplicar las estrategias que mencionamos (se solucione el problema o no, en cualquier caso nos hará descansar mejor).
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