El propóleo se utiliza en medicina por sus excelentes propiedades que estimulan las defensas del organismo. Su nombre deriva del griego “ pro polis ”, que significa “defensa de la ciudad”, y se utiliza como remedio para infecciones, heridas o llagas en la piel.
En la cultura popular, el propóleo se trata de forma natural para convertirlo en un líquido medicinal. Para conseguirlo necesitas 100 gramos de propóleo y un litro de grappa (o brandy, whisky o licor de anís). Mezclar los dos ingredientes en un recipiente de cristal y dejar macerar unos 10 días en un lugar no expuesto al sol. Luego se debe verter en envases de spray (o botellas con nebulizador).
Si sufres de amigdalitis o dolor de garganta, puedes aplicar este líquido medicinal a base de propóleos pulverizándolo directamente sobre la garganta. También funciona para la prevención de resfriados y gripes.
Además de ser un potente analgésico, entre sus propiedades más importantes encontramos la de proteger los vasos sanguíneos. El polen contenido en el propóleo es un poderoso antioxidante, además de contener vitaminas B, C y E.
El propóleo ha demostrado ser un excelente remedio para aliviar y combatir las aftas bucales, herpes (labiales o genitales), infecciones bucales y de garganta, inflamación de las cuerdas vocales. También se utiliza en el proceso de recuperación de cirugías orales.
Además, es excelente para recuperar el apetito y regenerar úlceras, es un protector hepático, nos ayuda a prevenir y recuperarnos de enfermedades respiratorias. Dilata y disminuye la fragilidad de los capilares, inhibe la oxidación del colesterol y normaliza la presión arterial.
Propiedades dermatológicas: cicatriza, desinfecta y actúa como antiinflamatorio natural.
Propiedades odontológicas: ayuda a mantener una excelente salud bucal, estimula el esmalte dental, previene la formación de caries y placa y trata las aftas.
El propóleo es un antibiótico muy efectivo para gripes, resfriados, dolores de garganta y amigdalitis .
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